Una persona, hombre o mujer, no puede subir más alto que el propósito de vida al que sirve. Tener un propósito es lo que le da inspiración, dirección y nobleza. Define su personalidad, le da sustancia y lo eleva a su nivel. Un propósito claro es el catalizador que convierte a personas comunes en leyendas.
Humildes personas se hicieron grandes porque sirvieron un gran propósito de vida. Ellos respondieron a la llamada de la vida, han invertido su energía y talento en lo que ellos veían como su misión y hoy son nuestros modelos y héroes.
Que seamos conscientes de ello o no, todos tenemos un propósito de vida. Para algunos podría ser la simple supervivencia, mientras que para otros podría ser un proyecto de vida de la magnitud de cambiar el mundo. Lo importante aquí es echar un buen vistazo a el propósito principal de nuestra vida y ver si es todo lo que podría ser.
Incluso si alguien está en modo de supervivencia, no se excluye la posibilidad de tener un propósito de vida. Esto podría ser lo que se necesita para transformar la vida de esa persona a su alrededor. Hay energía de un propósito noble y esa energía puede aprovecharse para cambiar drásticamente la actual condición de alguien.
Un ejemplo perfecto sería Ghandi, en algún momento de su vida este hombre no sabía cuando tendría la próxima comida, pero estaba motivado con un propósito que era mucho más grande que él.
Para que sea realmente eficaz como herramienta de crecimiento, un propósito de vida debe tener nobleza y ser ejecutado con desinterés. Motivos puramente egoístas no se prestan bien para servir a un propósito. El verdadero crecimiento se encuentra principalmente en las contribuciones y en situaciones de ganar.
Las personas cuya finalidad es la contribución tienen una cosa en común, todos sus esfuerzos son para contribuir a la humanidad y al progreso y la mejora de los seres humanos. Ahí es donde el hombre encuentra su mejor momento y donde se produce el crecimiento personal.
Todos y cada uno tienen algo que aportar y que generalmente tiene que ver con lo que nos gusta hacer más. Ahí es donde radica nuestro talento, y es algo que estaría dispuesto a hacer, incluso si no nos pagan por hacerlo. Por lo tanto, en la búsqueda de un propósito de vida, ahí es donde debemos mirar primero.
El crecimiento personal se logra mediante la superación de desafíos cada vez más grandes. Con cada nuevo reto fortalecemos nuestras capacidades y descubrimos talentos y recursos que nosotros ni siquiera sabíamos que teníamos. Es cómo se logra la auto-rrealización y la auto-optimización.
El mundo que disfrutamos hoy fue posible gracias a los esfuerzos de las personas que optan por involucrarse y contribuir. Esas personas dieron y recibieron, gracias a ellos la humanidad creció. Merecen y reciben nuestra gratitud.
Hoy podría ser el día en que usted decide que es su turno. Si es así, es probable que sea una de las mejores decisiones que a tomado. Elija su causa, elija su propósito ... El mundo se lo agradecerá y usted siempre estará agradecido de haber tomado esa decisión.
Salud y Éxitos, Noel Pereira